Los adolescentes que no duermen lo suficiente podrían aumentar de peso, y los chicos, en particular, podrían estar en riesgo de obesidad, sugiere una investigación reciente.
En el estudio, los investigadores encuestaron a 108 estudiantes de sexo masculino y a 147 estudiantes de sexo femenino de una secundaria de Texas y hallaron que la duración promedio del sueño durante los días de la semana era de 6 horas con 32 minutos entre los chicos y 6 horas y 30 minutos entre las chicas. La duración promedio del sueño en los fines de semana fue de 9 horas y 10 minutos para los chicos y 9 horas y 22 minutos para las chicas.
El índice de masa corporal fue 3.8 por ciento más elevado entre los chicos que dormían 7 horas o menos en los días de semana en comparación con los que dormían más de 7 horas, y 4.7 por ciento más elevado entre las chicas que dormían 7 horas o menos en los días de semana, en comparación con las que dormían más de 7 horas, hallaron los investigadores.
Los investigadores también anotaron que dormir menos de 8 horas por noche se asoció con la obesidad entre los chicos adolescentes. Las menores duraciones del sueño en los días de semana se asociaban con los IMC más altos. Pero el estudio no halló una relación entre la obesidad y la duración del sueño en los días de semana en las chicas adolescentes.
"El sueño es alimento para el cerebro. Cuando los adolescentes no duermen lo suficiente, se duermen en clase, luchan por concentrarse, se ven y se sienten estresados, se enferman con más frecuencia, y no cumplen con sus obligaciones debido al cansancio", señaló en un comunicado de prensa del Centro de Medicina del Sueño de la Universidad de Baylor.
"Los adolescentes que duermen menos de ocho horas también podrían consumir más calorías que los que duermen más de ocho horas. Por tanto, tienen un mayor riesgo de obesidad y los problemas asociados de salud, que incluyen hipertensión, enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular", añadió Casturi.
Una falta de sueño provoca un descenso en la hormona leptina, que informa al cerebro cuando uno está satisfecho, y un aumento en la hormona grelina, que estimula el apetito.
La diferencia sexual en la asociación entre la falta de sueño y la obesidad podría deberse a los ritmos distintos de crecimiento y secreción hormonal en chicos y chicas durante la pubertad, sugirieron los autores en el comunicado de prensa.
"Los factores de sueño que influyen sobre el metabolismo podrían incrementar el aumento de peso de forma distinta en los dos sexos", añadió Casturi.
Dado que este estudio fue presentado en una reunión médica, los hallazgos deben considerarse como preliminares hasta que aparezcan en una revista reseñada por profesionales.